La dimisión de Bartomeu, entre criticas a la Genaralitat, alardes de su gestión y lamentos varios, nos dejó una cuestión importante, el club ha firmado un acuerdo para unirse a una futura «Superliga europea». Mucho se ha hablado de esta hipotética competición, pero ¿Sabemos lo que significaría para el fútbol tal como lo conocemos?
En mi modesta opinión, estariamos acabando con el fútbol, sería una piedra más para la destrucción de la esencia de este deporte que tanto amamos, probablemente la definitiva. Para entender esto, debemos entender lo que significa el fútbol, al que podríamos catalogar como la mayor religión pagana del planeta. Este deporte bebe de la tradición, los rituales y la sensación de pertenencia a la comunidad, mientras en otros deportes es común el uso de franquicias por ejemplo, en el balompié sería algo impensable y los intentos que se han hecho, duraron muy poco tiempo. Mucha gente ve los partidos para sufrir, aunque no les guste como juega su equipo, la sensación que tienen los equipos pequeños cuando le ganan a Barça o Madrid, tu abuelo llevándote al campo de pequeño, no vaya a ser que te equivoques y te hagas de otro equipo, eso es el fútbol, el fútbol es la vida en 90 minutos.
Una «Superliga europea» atenta contra todo lo que he dicho, convertir la Champions en una especie de NBA, con equipos con plaza fija, atenta contra el espíritu de este deporte. El fútbol es el único deporte en el que con cierta frecuencia, el último gana al primero, el mejor equipo no se lleva el partido o una decisión arbitral es totalmente clave en el desarrollo de un partido.¿Cuántas veces pierden Federer o Nadal contra el 200 del mundo,? ¿Quién se puede imaginar a un Minardi de los clásicos ganando una carrera de F1?
Yo quiero que si mi equipo lo hace fatal no se clasifique para la máxima competición continental, quiero que los equipos pequeños puedan soñar con escuchar la música de la champions, esa que nos pone los pelos como escarpias y que en ocasiones nos arregla un martes o miercoles que ha sido malo en el trabajo por ejemplo. ¿De verdad queremos renunciar a la Champions? ¿A la orejona? ¿Acabar con más de 60 años de copa de Europa?
Las ligas domésticas serían las grandes perjudicadas, si se hace la «Superliga», nuestra liga quedaría totalmente relegada a un segundo plano. Si los clubes tienen una liga con los «grandes » de Europa, no se van a tomar enserio un partido contra el Alaves, Elche u Osasuna. Tenemos un ejemplo cercano en la liga ACB, hace menos de 20 años, era muy seguida en nuestro país, en el momento en que se empezó a priorizar la Euroliga, la gente ya no sabía ni cuando habia partido, ni que competición ni donde verlo. La liga dio prioridad a los partidos Europeos, muchos de ellos se jugaban de viernes, obligando a los equipos europeos a jugar entre semana la ACB, el resultado de esto fue una gran desafección del público con la liga local, en cambio la Euroliga no ganó la popularidad perdida, fue la NBA, entre la copia y el original, la respuesta está clara.
En definitiva, la nueva competición son cantos de sirena, promesas de una vida mejor, que cuando vemos al Getafe de Bordalás o algunas actuaciones del Var, a todos nos dan ganas de seguir, pero que al final como dice mi abuela «todo al cocer mengua». La «Superliga» es esa chica guapa por la que cambias a tu novia de toda la vida porque piensas que es más guapa y te mereces algo mejor, cuando rompes con tu novia te empiezas a dar cuenta que la otra no era para tanto y las cosas que te encantaban de tu novia, no las volveras a tener, porque aunque los trozos de un jarrón roto se pueden pegar, jamas vuelven a su situación original.
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